Relación terapéutica: la importancia de sentirse seguro

La terapia no es un proceso cerrado con ejercicios y técnicas que se aplican mecánicamente: es, por encima de todo, una relación humana. Una de las cosas que siempre esta presente en terapia es: el vínculo terapéutico. El vínculo terapéutico hace que el espacio de terapia sea un lugar donde la confianza, el cariño, la claridad y el respeto se combinan, haciendo mucho más fácil el trabajo en sesión.

El objetivo de crear este vínculo terapeuta-paciente es que la terapia se convierta en un espacio seguro par ti, ya que la seguridad es la condición necesaria para que el cerebro pueda permitirse procesar emociones difíciles sin quedarse paralizado por el miedo.

El proceso terapéutico normalmente no es lineal. Habrá momentos de avance evidente —cuando una emoción antes insoportable empieza a verse con menos intensidad— y otros en los que parece que todo se estanca o incluso retrocede. Ambos son parte del camino. Esto es importante saberlo y sobre todo, poder hablarlo con tu terapeuta para que no genere frustración o culpa. Gracias a un buen vínculo terapéutico esto se podrá tener en cuenta y hablar en sesión, haciendo que el camino de terapia no sea solo tuyo, si no de los dos.

Si estás empezando una terapia, fíjate en pequeñas señales: ¿te sientes escuchado? ¿sabes por qué proponemos ciertos ejercicios? ¿puedes decir si algo te incomoda? Si la respuesta es sí, eso ya es indicador de una relación terapéutica sólida.

En terapia yo siempre trabajo para que el eje central sea el vínculo. Mi objetivo es que te sientas arropado, entendido y acompañado en todo momento y asi juntos poder hacer que poco a poco lo que duele deje de doler tanto.

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